sábado, abril 16, 2005


playa malvin / montevideo 1/4/1947 Posted by Hello

viernes, abril 15, 2005

fotografía cuatro: primeros viajes

1 de marzo de 1947
Playa Malvin – Montevideo

La familia Negri- de Arma posa para el fotógrafo, el abuelo es muy joven pero su sonrisa es la misma que le conocí más tarde cuando era su protegida y me subía a sus rodillas firmes o me colgaba de su mano inmensa para cruzar la calle, caminar hasta la barrera y saludar al tren.
Están todos sentados en un bote encallado en la arena.
Casi puedo respirar ese mediodía de marzo, la aventura asomada por la proa, las visitas a los parientes de allá, de Carrasco, y la eterna sonrisa del abuelo soportando estoicamente los aires de la parentela política descendiente del glorioso Lavalleja, verdadero prócer oriental (que no Artigas como cuenta la historia).
Con un pañuelo en la cabeza, y seguramente preocupada por el exceso de sol que oscurece la piel, Angela tiene a su hijo menor de la mano. Danielito es el único dentro de la canoa porque Kuqui balancea sus piernas montado sobre la canoa como un jinete.
¿Cómo serían tus nueve años, papá?...con todas esas tías solteras listas para correr detrás de tus caprichos, esa familia partida en las costas del Río de la Plata, las dos orillas y tanto río a navegar.
Toco el agua desde el muelle y el espejo en donde veo tus ojos se diluye, pasa otra vez Madreselva, la lancha maderera y estamos juntos al calor de una hoguera. Nos quedamos mudos en ese crepitar y vos no te morís nunca más, y yo no te extraño.

jueves, abril 14, 2005


juanita, que vivía siempre detrás de sus sartenes, también se recortaba de las fotos...el le espacio en blanco del que apenas asoma una cabeza, es tía juanita !!! Posted by Hello

fotografía tres: receta de tía juanita

Ingredientes:

Un jardín con rosales altos y un perrito manchado
Una puerta de cocina cerrada con llave porque los dioses no revelan sus secretos.
Un millón de delantales almidonados que iban cambiando de color

Procedimiento:

Para asomarse a la vida de Tía Juanita hay que volver a la primera infancia, a las uvas que me daba a escondidas de los demás, a los espejos de ese toilet en el que me fascinaba multiplicarme...y si no... a las historias de los mayores...
Tamizar domingos de turf con ravioladas en el pueblo de Merlo famosas por contar algunas veces con la presencia de Carlitos Gardel.
Finalmente revolver viajes a Montevideo, fotografías con su imagen recortada y pretendientes que nunca se animaron a cortejar a la niña más mimada de Don Manuel, que fue olvidando el asunto mientras picaba bien finita la cebolla.

el casamiento de Coca y Atilio Posted by Hello

fotografía dos: los novios eternos

para Caro, desde el reencuentro

Después de 25 años de noviazgo, en la sala los jueves, día de visita;en el biógrafo los sábados con Danielito de la mano, o en los picnics de Palermo con toda la familia – cuatro tías, dos tíos, ocho primos, y otros tantos más – ayer, 14 de abril de 1972, María y Atilio se casaron ante Dios y ante los hombres (con la parentela ya citada, los vecinos de ocasión y los paseantes de la calle Bolívar al 500, partido de Merlo, todo lo cual consta en Actas del Registro Civil)
Ella llegó a los cuarenta y dos cuidando a sus primos menores y luego a miles de chiquitos como Maestra Normal Superior.
El trató de no morir de pena en grises oficinas mientras cuidaba a sus padres, especialmente a doña Victoria que se desmayaba cada vez que Atilio hablaba del casamiento.
Se les fue marchitando la piel en los zaguanes, el ajuar bordado fue palideciendo aunque María lo cuidase con devoción.
Nunca pudieron tener hijos.
Cuando todos los primos se casaron y llegamos nosotros, María y Atilio, o mejor dicho Tía Coca y Tío Ati iniciaron una tradición.
Durante las vacaciones de invierno íbamos todos a Palermo, una semana las chicas; María José, Carolina, Naty y yo, y la otra los varones, Pablo, Fede y Javier.
Eramos chicas de barrio y la vida en esa casa frente al Hipódromo era bastante particular...misa todos los días, teatro, cine, libros, clases de urbanidad y buen comer.
Fui feliz aunque por momentos no encajara con tantos protocolos.
A los 14 me rebelé y no quise ir más, estuve un tiempo distanciada hasta que Ati se enfermó. Me conmovió el dolor de esa mujer que perdía el amor.
Después de la muerte de Atilio ella no vivió mucho más.
Pasaron algunos años.
Nos reencontramos en una larga charla en donde me legó las fotos de familia y sus libros de cocina....veo su letra menuda y prolijísima, cierro los ojos y vuelvo a saborear su fondue de chocolate.

la niña angélica disfrazada de noche... Posted by Hello

fotografía uno: la niña angélica

“de sabios, poetas y locos todos tenemos un poco,
pero algunos poseen más de locos
que de sabios y poetas”

Dicho popular corregido y mejorado por mi abuela


Era lo más parecido a un tornado. Nada quedaba en su lugar después.
A los 7 años le dieron a elegir: piano o labores.
Y allá fue, a lo de la Señorita Margarita a tocar el piano.
Otra cosa creía la niña Angélica de la música, la suponía llena de pájaros, de colores claros danzando en el aire, trepando a la ventana...jugando con la cola de los cometas en la plaza principal...pero no.
Teoría y solfeo. Do mayor, do menor, re sostenido, la....blancas y corcheas en fila como los soldaditos de plomo de Perico.
Y nada de andar tocando cualquier nota, aquí mando yo, señorita, mando yo!
Angélica estaba colorada de rabia, se mordía los labios para no contestar
-Responda señorita...¿estudió para hoy?
La nena hacía fuerza para no llorar, La Margarona , Margarina, Margaluna , Margaloca ésa, no la vería jamás mojar un pañuelo.
Siguió en silencio, apretando los dientes mientras la profesora indignada se incorporó:
-Muy bien- dijo, retorciéndose las manos por no darle un pellizco- usted, se quedará aquí, sola, encerrada, hasta que aprenda de memoria esta partitura...y hablaré con Don Manuel...
La niña no habló pero levantó la cabeza desafiante.
Luego sonó un portazo y dos vueltas de llave.

Al principio la melodía sonaba francamente mal, pero fue mejorando hasta que la maestra, que no abandonó en ningún momento la habitación contigua, sonrió satisfecha.
-Qué niña melindrosa había salido...pero se corregirá...

Lejana a estos pensamientos mi abuela era protagonista de su primer hazaña, sentada en la tapa del piano miraba la vida que pasaba por la ventana mientras tocaba la sonata con los pies.